miércoles, 2 de junio de 2010

EVOLUCIÓN

Me consuelo con pensar que soy él.
Y que a pesar de mi imagen, mi sustancial desastre,
mi gracia y mi apellido, huelo bien.
Hubiera sido un gran negocio haber aprendido algo,
pero no es resignación, es un poco de culpa.
En verdad, mi explicación no tiene ningún sentido, no tiene estado,
no tengo nada que explicar, solo puedo arrastrar fiebre y chispazos sin que me pesen.
En lugar de mostrar la mejor foto de mi espejo, lo rompo de un frentazo y no dejo huellas. Y ya no soy él.
Cada media locura hay un nuevo destino. Los carteles van quedando antiguos. Las rutas se ramifican. No hay niebla ni mano dura que me desarme la risa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario