Un francotirador al acecho, excitandose con sus blancos. Y las ventanas siempre abiertas.
Las sombras se escapan por la puerta. La madera de la puerta es devorada por las sombras. Quedamos nosotros.
Y un francotirador enfrentando y disparando sonidos.
Cava un cielo en mi panza y se caga de risa, mientras empezamos a ser otro día.
Y las ventanas siempre abiertas hasta mañana. Quien sabe?
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