A esta altura del mar, volviendo del balde, tomo valor solo cuando nado en agua.
Beso y le pego a la cama, divorciandome del resto de tijeras, o años que cortan vivir como sea. Cocinandome entre papas independientes, agradeciendome por lo rico que estoy, acompañado con cerveza y grisines cristalinos. Ilusionando estupideces sin raza y con acento. Y el pesto ni me cuento. Hoy soy hoy hasta el estomago, y somos yo porque mi musica está en camino. No tengo jeta. Lo único que no soy es muerte.
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