Un velador violento, cagandome a piñas. Lo recuerdo de a tres neuronas, encerrado en la nebulosa que regala el alcohol reprimido. Ayer a la hora en que gritaba.
Me deja llorando, casi, caído de culo en el agujero negro de lenguas sementales. Y al borde de la orgía que propone el nuevo panfleto, me encuentro en mi nuevo nido, hoy, el que asiente y se decora con pastilla atemporal. Hacen tembleques en mis hemorroides. Shhh.
Estan todos en domingo acá abajo, shhh. El agujero negro no es un tajo. Shhh.
Vení y dame la última luz, hagamoslo ahora que están todos en casa. Ahora, cerca de los que cogen con libro. Shhh.
(El corcho fue preciso y el chocolate es para ustedes. Endulcen sus pericias)
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