miércoles, 8 de septiembre de 2010

ALBERTO I

La confusión al sabor del chocolate, el olfato frenetico a 2000 km/h, la locura de un pompón que es una cara, de una cara que es una mente, de una mente que es inalcanzable. La indecision al odiarte, dos huesos en una pupila, toda la musica en la otra, la carcajada nunca ironica en las teclas del sur, el perdón en las orejas, un delirio en las huellas, y todo lo que mis putas palabras no entienden.
Tengo una alegría peluda que es eterna y no la cambio por nada.

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