sábado, 27 de noviembre de 2010

EH

No sabes cuando es eternidad.
No sos todos los días del año cagandose entre sí, ni el futuro larguirucho en una tropa de petizas lineas. Nos ves en sueños, nos sos infinito, nos dás papafritas para la carga mojada de la cómoda bajada. Nos das luz y un ñoqui en el alma. Cada vez que mi vez envejece.
Estas loco, con la sartén hirviendo ruidos en la mano. Haciendo malabares, sin hacerlos, y nadando perrito en el cuento más largo del mundo.
Tripos flacos, amor, puñaladas en las horas pasadas.

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