En las alturas que nada ignoran y todo curan, volvería a suicidarme.
Hasta sentir que cada clase de consejo es amor, que mi propaganda es el aguante de un amigo, que las jornadas de calor hacen que sea mas feliz. Suicidandome todas las palabras, camino a la fabrica de humanidad, que me espera caliente con dos ojos que no dicen el sueldo que necesito para alterar mis enanos.
Con el mate revuelto, y el perfecto estomago, reventaria todos los locales de ropa, las felices fiestas, las avenidas del desierto, y te iría a buscar. Desesperado, y vos cansada, con la cara desnuda, fumarias, fina y larga, y tomarias de mi vino hasta hacer el amor y que nada quede, acá en nuestros futuros.
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