UNA

Una leche dormia cerca mio. Cubierta, tibia, y leche sedienta.
Que hago cuando ocurre eso? Respeto,como Maria Elena a la leche madre.
Es, quizas, mi sobremesa. El punto exacto del pedo de mi vida. Ese que es perfecto, cuando agudiza los silencios y restrocede dos pasos antes de golpearme.
Una sustancia noble, al punto de Pasteur, ejercitando la quimica hospitalaria, en cualquier puente venereo y leyendo suspicacias.
Esa performance de cristal inmundo que no encuentra el centro pero esta cerca.
Esa carta que Dios juega cuando el cabarulo invita dados que ofrecen el millon.

BARNIZ

El poeta febril del baño salta hacia la prisión,
pero acá no hay nadie mas que esta bolsa con la guitarra al revés,
pidiendo a gritos una sierra sin hielo.
Los codornices me quieren masticar, tragar y volverme silencio.
La odalisca se saca el corpiño y el vuelco del trago es inminente. También el amanecer lo es. Esto es nada de nada.
Ya cacarean esas tetas en el templo, donde las canillas se congelan.
Donde el semental del bidet se queda seco frente al espejo. Y eso era todo.

PROBALO!

Libras arremangandose. Recetarios enteros de libras, esperando el no fin.
Y yo soy hijo de un hombre y una mujer, que agotaron su vida en un rato que soy yo.
Mientras río solo por ese filo, cuando me llora la cara.
Un hombre me habia dicho que nos estabamos matando... Cuando lo encuentre lo hago parir.

ALABADO SEAS

Leyendo la noche antes de cada camino. Antes que nadie, la fiebre llega.
Y no es la unica que llega por si acaso, por si los kelpers te quieren lastimar, por si se le ocurre al antrax caer en tu ensalada, por si te dan ganas de llorar. Por si te llega a gustar. Pero vos te lees unas paginas mas, cerras la garganta, jugas con la nube que te regalaron, y te mandas una reflexion de solapa, casi siempre acerca del amor. Del amor reflexivo, claro.
Tu proximo empleo es de monedero gigante en una terminal, y ahí sí, vas a ir bien. Vas a estar mas cerca del cierre.
Y tu corazon? leyendo el suplemento musical que no habla de musica, bombeando aguanieve.
Y la estadistica, que solía ser yo, cantando en el umbral silenciará tu bandoneon.

Y allá en la tele, descansan los restos de un hombre, que nos ilumina desde su mediocridad.